LICHTENBERG, GEORG CHRISTOPH
Este estuche reúne por primera vez en español los 5 tomos de los Cuadernos de Georg Christoph Lichtenberg.Este estuche contiene la obra completa que ha sido publicada bajo la traducción de Carlos Fortea, con prólogo de Jaime Fernández, y que recoge su trabajo según la edición canónica.
«No conozco a nadie que oyera crecer la hierba con tanta claridad» Albert Einstein § «Lichtenberg es nuestro filósofo. A veces uno tiene la tentación de decir que es nuestro único filósofo» Roberto Bolaño § «La más maravillosa de las varitas mágicas; donde él hace una broma hay un problema oculto» Goethe § «Dejando aparte a Goethe, ¿qué queda realmente de prosa literaria alemana que merezca ser leída una y otra vez? Lichtenberg» F. Nietzsche § «El padre de la patafísica» André Breton § «Lichtenberg ha escrito el libro más rico de la literatura universal» Elias Canetti § «Si los aforismos son novelas de una sola línea, los del científico y pensador de Gotinga son de los más apreciables y cómicos» Enrique Vila-Matas § «Si el lector no coleccionó, a medida que salían, los volúmenes que la editorial Hermida ha dedicado a los aforismos de Lichtenberg, ahora que se ha publicado la quinta y última entrega puede comprarlos todos de golpe, en Navidad o San Martí, y deleitarse con uno de los libros más valorados de la producción secular en lengua alemana» Jordi Llovet, El País Catalunya § «El pensamiento y el discurso de este escritor alemán no discurrían exactamente por el camino de la certeza iluminadora, sino por el de la duda indagatoria» José Manuel Benítez Ariza, El Cultural § «Cuadernos de Lichtenberg, verdades sin redondeos» José Giménez Corbatón, El Norte de Castilla § «Ingenio y gracias: dos cualidades que dispensó a raudales Lichtenberg. El maestro alemán del aforismo fue un atento pensador que conocía la naturaleza humana y supo perdonar sus balanceos y debilidades» Luis Fernando Moreno Claros, Babelia § «Estas muestras del profundo calado que por lucidez y perfección consiguen, generación tras generación, todavía hoy, los mal llamados aforismos de Lichtenberg son señal inequívoca de lo que convenimos en llamar ?clásico? en literatura» Francisco Estévez, El Imparcial