DUQUE, AQUILINO
Rescato y reúno en este libro aportaciones mías a sendas obras dedicadas a dos españoles notables en la historia y la cultura del pasado siglo XX, a saber, don Juan de Borbón y Battenberg y don Marcelino Menéndez Pelayo. Del primero de los dos ya me había ocupado algo en una novela, y ése fue el motivo de que se me encargara su semblanza en un libro sobre él en la serie Cara o cruz de Plaza y Janés. Huelga decir que a mí me tocó cargar con la cruz. Sin embargo, el hecho de que no me tomara demasiado en serio las andanzas de mi personaje, no quiere decir que no me cayera simpático. Además, gracias a don Juan de Borbón he intentado escribir mis memorias políticas, del mismo modo que gracias a Pepe Luis Vázquez escribí mis memorias taurinas y a Antonio Mairena mis memorias flamencas, tres actividades en las que mi papel nunca pasó del de simple espectador.
Con don Marcelino, en cambio no podía hacer sino bajar la celada, embrazar la adarga y romper tres lanzas por él en el primer centenario de su muerte. Las dos lanzas que siguen son posteriores: un prólogo a Los heterodoxos y unos juicios suyos sobre el Greco de Cossío, por el que en realidad rompí la quinta lanza.
Aquilino Duque nació en Sevilla el 6 de enero de 1931, pero su infancia transcurrió en Zufre y su adolescencia en Higuera de la Sierra. Cursó estudios medios y superiores en Sevilla y amplió estudios en Inglaterra y Estados Unidos. Cultivador de géneros diversos, tiene el premio «Washington Irving» de cuentos, el «Leopoldo Panero» y el «Fastenrath» de poesía, más el Nacional de Literatura por su novela El mono azul. Es individuo de número de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y ha residido en diversos países como profesor visitante y como funcionario internacional.