GARCÍA HERNÁNDEZ, ÁLVARO
Si las personas fuésemos previsibles, las novelas serían libros de matemáticas.Marta no venía con un manual de instrucciones, sino más bien con un prospecto de contraindicaciones. Su padre la abandonó de pequeña, nunca le ha gustado sentarse en primera fila y ahora se va a morir. Justo cuando aparece Pablo, el chico nuevo.