PAÉZ, ENRIQUE
Bella durmiente despertó.
Un príncipe acababa de darle un beso.
Se quedó quieta y sin abrir los ojos, para ver qué pasaba.
Al fin oyó una voz de chico que le susurraba:
¿Quieres casarte conmigo?
¡Había llegado su príncipe!
Después de un gran letargo, Bella se despierta. ¡Un príncipe la ha besado y le pide matrimonio! Con cierto estupor, descubre lo mucho que han cambiado las cosas en los cuentos? Su príncipe, que resulta ser el Soldadito de plomo, la ayuda a ponerse al día.
Mediante la técnica narrativa del relato enmarcado, que consiste en la inclusión de una o varias historias dentro de la narración principal, Mucho cuento es una especie de contenedor que da cabida a un sinfín de personajes que aparecen y desaparecen recreando a su paso nuevas aventuras.
Como bien apunta su autor, el escritor Enrique Páez, se trata de "un libro tesoro, un libro almacén, un libro índice de cuentos y de sueños. Puede dar lugar a juegos creativos de interrelación de los personajes, millones de universos posibles en el mundo de los cuentos".
Así, vemos como Hansel se ha casado con la bailarina, el príncipe azul con la Sirenita, Cenicienta y Caperucita viven en casa del leñador y tienen al lobo como mascota? Este recurso literario refuerza el dinamismo del texto que destila ironía en sus diálogos: Soldadito de plomo sugiere a Bella que se duche ya que lleva muchos años durmiendo, Gato con botas le pide asilo porque lo persiguen los cuarenta ladrones?
Para rendir homenaje a todos los que trabajan en favor de la literatura infantil y juvenil, el autor brinda al lector una sorpresa en el desenlace "que tiende un puente necesario entre la realidad y la fantasía".
Atraída por el doble sentido del título, la ilustradora francesa, Marjorie Pourchet, en su tercera colaboración con OQO editora, nos adentra en un mundo de ficción donde los personajes se convierten en actores capaces de representar diferentes papeles. La estructura del relato le permite trabajar los códigos del género y la búsqueda de ambientación, así, para ella, "la habitación de Bella es el decorado de una escena en la que los personajes interpretan sus historias, el libro de cuentos es el teatro".
El marco que aparece en la primera ilustración, inspirado en libros ilustrados antiguos, le sirve para definir los espacios narrativos: "es la puerta de entrada de un espacio a otro: del interior del libro al exterior, del espacio del texto al de la imagen. Es el hilo que conduce al desenlace de la historia, a la estructura abismada del final", comenta la ilustradora.
Tintas en tonos pastel, contrastados con rojos y negros y ciertos toques de grabado conforman la técnica utilizada para esta creación. La composición de la portada es un guiño al ilustrador de cuentos clásicos Gustave Doré.
Una obra, rica en detalles, en la que texto e imagen se dan la mano para cautivar al lector, ofreciéndole la oportunidad de dar rienda suelta a su imaginación y para ejercer de "disparador de la memoria", como subraya su autor.