BLAKE, WILLIAM
William
Blake (1757 - 1827) ha sido calificado de
calificación que aquí repetimos sin pretender
justificarla. No es sólo que en todo caso se trate de un místico
heterodoxo, sino también de que la unión divina, de existir
en Blake, parece seguir un camino en extremo diferente del que sigue en
el caso de la mayoría de los místicos, sean ortodoxos o heterodoxos.
La visión divina la obtiene temprana y, diríamos, gratuitamente:
ocho años tenía cuando vio un árbol poblado de ángeles
y, al contar a su padre lo que había visto, sólo la intervención
materna lo salvó de recibir una paliza por embustero. Ahí
tenemos acaso el origen de por qué la palabra padre aparece cargada
con una intención de tiranía y opresión en los escritos
del poeta. Otra de sus experiencias místicas, sea anterior o posterior
a la indicada primeramente, parece más sobrecogedora: cuando Dios
mismo asoma su cabeza a la ventana y mira al niño..