JAZMÍN CORONADO, LUCIANA
Tiene la poesía de Luciana Jazmín Coronado una suavidad inédita, un tacto floral, a pesar de su fulgor abstracto. Enraizado en la tierra, Los hijos imperfectos alcanza, no obstante, un vuelo infrecuente, con versos que saltan con agilidad de la naturaleza a la reflexión sobre el lenguaje, de la pérdida y la incertidumbre a la belleza de los rituales cotidianos. Leerlo es como asistir con asombro a una ceremonia inaugural, un sacrificio circular a lo sensible en el que, descalzos, pisamos dulcemente la hierba. En su centelleo sensitivo, esta poesía se deja fascinar no solo por lo visual o lo auditivo, sino también por lo táctil, los aprendizajes tímidos del gusto o el olfato. Estos poemas confirman una voz poderosa, al mismo tiempo definida, conmovedora y abierta a la sorpresa del hallazgo, una voz que se mece como un junco, agitándose hacia uno y otro lado para captarlo todo.