VILLALUENGA, YOLANDA
En 1973, tras el golpe de Estado de Pinochet, Víctor y Helena, una pareja de médicos chilenos que planeaba irse a vivir juntos, tuvo que separarse. Víctor se exilió para salvar su vida. Helena supo que, si se marchaba, su exmarido le quitaría a la hija que tuvo con él. Helena y Víctor se despidieron con el deseo y la promesa de volver a encontrarse, pero la vida no siempre responde a nuestros planes, a lo que decimos querer.
Desarrollando una minuciosa cartografía de ese turbio sentimiento, tan beneficioso como destructor, al que llamamos «amor», Las horas que hemos amado transcurre muchos años después de aquel golpe de Estado.
Víctor Zeninski es un anciano. Se encuentra en un hospital de La Habana, en el último día y medio de su vida. Tres mujeres deciden viajar desde Santiago de Chile, Berlín y Madrid para despedirle y van construyendo un puzzle, asomándose al abismo de aquella incógnita.
Un día y medio marcado por una frase que el doctor Zeninski solía decir: «al final de la vida no se nos juzgará por los éxitos o derrotas obtenidos sino por las horas que hemos amado».