JARÉN, ANA / G. DE LA CUEVA, CARMEN
De Emilia Pardo Bazán a Carmen Martín Gaite, de María Lejárraga a Elena Fortún y Carmen Laforet, la conmovedora historia de unas mujeres que encontraron en la escritura y la amistad la fuerza para creer en ellas mismas «Carmen G. de la Cueva y Ana Jarén han tejido una genealogía deslumbrante. Culta y apasionada, rebosa emoción y pura belleza».
Cristina Oñoro Hubo un momento en España en el que todo parecía posible para las mujeres: estudiar, salir de sus casas, tejer hilos de amistad y plantar una pequeña semilla que, a pesar de la guerra y de la posguerra, germinó en poemas, libros y cartas. Una historia que transcurrió en entornos como la Residencia de Señoritas o el Lyceum Club Femenino, que seguiría a menudo en el exilio, y que entrelaza las vidas de creadoras como Emilia Pardo Bazán, Carmen Baroja, María Lejárraga, María de Maeztu, Victoria Kent, Elena Fortún, Marisol Dorao, Carmen Laforet o Carmen Martín Gaite.Carmen G. de la Cueva ha rastreado las huellas de quienes, mucho antes que ella, encontraron en la voz y el amor de otras el impulso necesario para creer en ellas mismas. Por su parte, Ana Jarén ha creado la atmósfera perfecta para un hermoso relato de sororidad y creación.La crítica ha dicho:
«Una emotiva narración que hila las vidas cotidianas de algunas grandes desconocidas de nuestra literatura».
César Suárez, Telva «Un relato fuertemente intimista [...] con un estilo de acusada simplicidad».
Pablo-Ignacio de Dalmases, Catalunya Press
«Carmen G. de la Cueva ha asumido el riesgo al contar sus miedos, sus complejos y al dibujarse a sí misma como una persona con aristas y contradicciones».
Elvira Lindo (sobre Mamá, quiero ser feminista) «En Jarén ve la luz lo delicioso de lo cercano. Lo hermoso de la vida sin artificios. Ay, pero ¿cómo no íbamos a querer todos todas convertirnos en una de sus ilustraciones?».
Condé Nast Traveler
«Las escenas costumbristas que pinta Ana Jarén [...] son un refugio para tiempos inciertos. Un momento de relax en un mundo que ya nunca se relaja. Un rato de improductividad en plena sociedad del rendimiento. Un instante de silencio en vidas, físicas y digitales, ahogadas en el ruido».
Vogue