GARCÍA MALDONADO, ANTONIO
El final de la aventura es, más que un diagnóstico, una conjura contra un rumbo equivocado. Una elegía a toda una época de la humanidad. A un tiempo de figuras como Magallanes, Mendel o Semmelweis. Aventureros que con solo el ingenio y la observación descubrieron una parcela del mundo que permanecía ignota. Una época superada por la aceleración del conocimiento. Por el monopolio que algunas empresas tienen de proyectos como la exploración espacial. Por un abismo que divide a una élite rica y muy bien formada del resto. Una clase de usuarios-observadores que juega al Candy Crush y ve Netflix compulsivamente mientras sufre la precariedad en el trabajo. Para unos, un horizonte portentoso y tecnológico por alumbrar y para otros, la repetitiva rutina del hámster y su rueda.
¿Será nuestro siglo el que marque el final de la aventura? ¿Queda alguna en la que embarcarnos? Y si es así, ¿dónde está? En estas páginas, Antonio García Maldonado concibe la aventura como aquella empresa que aúna la búsqueda particular con el ensanchamiento del horizonte colectivo al tiempo que reflexiona sobre la capacidad menguante del individuo para intervenir el futuro.
Sin caer en el pesimismo y con un estilo que funde el rigor analítico con la tradición literaria y lo pop, el autor celebra los logros del progreso y plantea potenciales aventuras colectivas en las que volcar nuestras vocaciones individuales. Nos advierte de la privatización del conocimiento y de la fuerza opresiva que el mal uso de buenas herramientas ejerce sobre lo que está por venir. Este es un manifiesto sobre la necesidad de producir el futuro, no de predecirlo.