HUMPHRIES, SUZANNE / BYSTRIANYK, ROMAN
Notas de los autores
Dedicatorias
Agradecimiento especial
Prefacio
Introducción
Terminología
1. Viejos tiempos, pero no tan buenos
2. El sufrimiento de los niños
3. La enfermedad: un modo de vida
4. La viruela y la primera vacuna
5. Las vacunas contaminadas
6. La gran manifestación
7. El experimento rebelde
8. El poder del Estado
9. El caso de Arthur Smith
10. La revolución sanitaria
11. El asombroso descenso
12. La «desaparición» de la polio
13. La tos ferina
14. El sarampión
15. La inanición, el escorbuto y las vitaminas
16. Los remedios olvidados
17. La fe y el miedo
Lista de fotografías
Lista de gráficos
Lista de figuras
Índice de materias y nombres
Hasta no hace mucho, las infecciones mortales eran temidas en Occidente. Desde entonces, muchos países desarrollados se han transformado: de ser cloacas donde prosperaba todo tipo de enfermedades han pasado a ser hábitats mucho más seguros y saludables. Las enfermedades infecciosas fueron disminuyendo de forma constante desde mediados del siglo XIX, y a principios del XX alcanzaron unos niveles relativamente menores.
La historia de esta transformación incluye el hambre, la pobreza, la suciedad, las curas olvidadas, las ideas eugenésicas, las libertades personales frente al poder del Estado, las protestas y las detenciones por el rechazo de las vacunas, y mucho más.
Hoy se nos dice que las intervenciones médicas, y exclusivamente ellas, prolongaron la esperanza de vida y evitaron muertes masivas. ¿Pero fue realmente así?
Desvaneciendo ilusiones expone con detalle hechos y cifras aparecidos en revistas, libros, periódicos y otras fuentes médicas hace tiempo olvidadas. Mediante gráficos que desmienten muchos mitos, este libro demuestra que el descenso de la mortalidad debida a enfermedades infecciosas no se debió a las vacunas, los antibióticos y otras intervenciones. Si la profesión médica fue capaz de interpretar mal e ignorar de forma sistemática informaciones históricas fundamentales, es obligado preguntarse: ¿Qué otras cosas se olvidan y se comprenden mal en la actualidad?
La razón principal de conocer nuestra historia tal vez sea impedir que alguna vez se pueda repetir su peor parte.