Hace más de un siglo, en 1862, el matemático y escritor Charles Lutwidge Dodgson recorría en barca el Támesis junto al reverendo Robinson Duckworth y las hermanas Liddell: Lorina Charlotte, Alice y Edith, de trece, diez y ocho años, respectivamente. Para entretener a las pequeñas el matemático inventó una improvisada historia que tenía como protagonista a una niña que se llamaba como una de las hermanas y en la que ésta corría una serie de aventuras en un extraño país subterráneo. Tras aquel paseo en barca, Alice Liddell le pidió a Dodgson en repetidas ocasiones que traspasará a papel aquellas historias que les había narrado. Dos años después la niña recibía un manuscrito ilustrado por el propio autor con el nombre de Las aventuras subterráneas de Alicia. La narración agradó también en el círculo de amistades de Dodgson, tanto que sus amigos y su propia esposa le instaron a que redondeara la historia y la publicara. Y eso hizo. Reescribió el manuscrito original, se puso en contacto con el dibujante John Tenniel para que hiciera las ilustraciones, cambio el título de la obra y, finalmente, en mayo de 1865 la editorial Macmillan & Co. publicaba la primera edición de Alicia en el País de las Maravillas, y el matématico Charles Lutwidge Dodgson sería conocido de ahora en adelante por su pseudónimo: Lewis Carroll. El resto es historia.
Pero Alicia no es sólo un libro infantil: bajo los hábiles juegos de palabras y de lógica de Carroll, bajo algunos de los episodios del libro, subyace una crítica mordaz a ciertos aspectos de la sociedad, la política y la educación británicas de la época. Durante más de un siglo Alicia en el País de las Maravillas no ha dejado de leerse, la propia Alicia y algunos de sus personajes (el sombrerero, la reina de corazones, el conejo blanco, el gato de Chesire...) forman ya parte del ideario y la iconografía colectivos, han trascendido la obra. El libro ha experimentado diversas ediciones, adaptaciones y reinvenciones literarias. La base de la historia ha sido usada incluso para escribir libros de divulgación científica o matemática. También Alicia ha sido adaptada al cine, el teatro, la ópera, series de televisión, dibujos animados... Y por supuesto, ha sido fuente de inspiración para artistas de diversos campos: música, pintura, literatura, fotografía...
Después de más de un siglo, Alicia sigue vigente, sigue tan joven como siempre.
¡Feliz 150 cumpleaños, Alicia!